Porque sus vidas tienen valor y propósito incalculable...
Somos esperanza y familia para niños, niñas y adolescentes, a cargo del sistema de protección.
Con ellos y ellas, somos parte del cambio; parte de la revolución de amor que el mundo necesita.
Establecemos vínculos sanos, seguros y reparatorios, con adolescentes en residencias protección RM, dando continuidad a su acompañamiento post 18 años de edad.
Esto es posible gracias al compromiso de más de un centenar de personas, diez iglesias locales y otras redes de apoyo.